Extraído de "Castillo y dos escenas del final" de Umberto Jara
"Una fotografía muestra sentados en una mesa a dos delincuentes, Pedro Castillo Terrones y Aníbal Torres Vásquez. Frente a ellos está la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, junto a miembros de su equipo. Están firmando el acta final de detención... Otra fotografía muestra al coronel Harvey Colchado de pie y detrás de él aparecen hundidos los dos sujetos... ocurrió a las 11:59 de este 7 de diciembre cuando un aturdido Pedro Castillo anunció su decisión fatal: ungirse como dictador. Ese fue el instante que cambió la historia...
Por eso se instaló en el país, la pregunta cargada de desesperanza ¿Hasta cuándo?
Era cuestión de tiempo y paciencia pero, mientras tanto, la horda de bárbaros destruía el país. Sin embargo, en medio de la barbarie había un factor que tenía que conducir a un desenlace: la inmensa ineptitud, el enorme cinismo y la arrogante estupidez de Pedro Castillo... La única opción de un final de gobierno era, paradójicamente, el propio Castillo y su gentuza Aníbal Torres, Betsy Chávez, Chero, Salas, Sánchez, Shimabukuru y una larga lista. No había en ellos una gota de inteligencia, de criterio, de reflexión... Así las cosas, tenía que llegar el momento en que cometieran un error garrafal... En los últimos días ya andaban desesperados y la noche anterior a la caída llegaron a acusaciones de burdel en horario estelar televisivo. El asco que permitimos durante un año y medio...
Hasta que llegó el error fatal, el que tenía que arribar. La droga del poder ayuda. Es la droga más letal. Si le quita raciocinio a los inteligentes cómo no iba a nublar a un sujeto cuyo mayor enigma era descubrir si un pollito estaba vivo o muerto. Salió a anunciar que se convertía en dictador y que reformaba todo un país sin saber cómo ni por qué y siendo, sobre todo, un mentiroso compulsivo. No supo darse cuenta de que nadie iba a creerle. Peor, no entendió que estaba solo y que lo abandonarían como corresponde entre delincuentes de baja estofa.
Pero volvamos a las fotografías porque allí aparecen quiénes sí tienen derecho al mérito. La Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, y su equipo de fiscales; el coronel Harvey Colchado y sus policías de la DIVIAC... Benavides y sus fiscales y Colchado y sus policías, hicieron algo que todos deberíamos hacer, algo que sencillamente se llama cumplir con sus funciones, cumplir con sus deberes. Lo hicieron. Y allí están merecedores de respeto y dueños de auténtica dignidad... en un país que da vergüenza porque, aquí, en esta hermosa tierra del sol, se prefiere elegir la quincena antes que la Historia".
Por: Umberto Jara
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