Del anonimato a la sobreexposición. Se le dio una amplia cobertura, aún por encima de otros hechos sociales y políticos que podian requerir mucha más atención. Las cámaras, antes indiferentes con la realidad del, hasta hace poco desconocido, asentamiento humano “Sol Naciente” de Comas, ahora interrumpían programas en vivo para trasmitir entrevistas en directo desde ese lejano paisaje de tierra y piedra.
Es un claro ejemplo, de la manera como se construye el relato mediático: convirtiendo las noticias en historias, enfatizando las esquinas más emocionales, desmenuzando hasta en lo más íntimo y privado, pero a su vez, minimizando u ocultando, otros ángulos de la misma historia que podrían ser más relevante pero que les obligaría a una mayor profundidad y análisis.
Es así que, con ese efectismo, los medios modelan sus agendas y crean narrativas que luego trasladan a las audiencias, las que a su vez, consumen y llevan hacia otros formatos: memes, videos, tik tok.
Hoy, ya confinado, las luces se apagan y quedará en el olvido como tantos otros casos que, en su momento, acapararon la atencion y pudieron generar cambios
Que la historia de Run run, nos deje una poderosa lección del dolor y la irresponsabilidad que provocamos y que no se visibiliza. Que lo visto, despliegue la sensibilidad y empatía de las autoridades a través de decisiones efectivas para liderar con rigor la lucha contra el tráfico de animales, considerado como el cuarto negocio ilícito mas rentable del planeta.
Run run, debe ser la motivación para que los medios de comunicación sean gestores de campañas que sensibilicen a la comunidad a fin de acabar con el tráfico de animales, como tantos otros problemas sociales, comprometiendo a la población a participar activamente, denunciando lo inmoral e ilícito.
Extraído de texto de Marco Correa A.
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